A lo largo de la historia, no hay flor que nos haya cautivado tanto como la rosa. Se cuenta que Cleopatra perfumaba las velas de su embarcación con agua de rosas y que llenó su palacio con pétalos de rosa para seducir a Marco Antonio. El aforismo de Gertrude Stein “una rosa es una rosa es una rosa” se ha convertido en parte de nuestra cultura popular y la admiración de William Shakespeare por esta mítica flor es bien conocida. Las rosas han sido sinónimo del romance desde siempre; en la mitología griega, se les relaciona con Afrodita, diosa del amor y la belleza. Otras flores destacan por su apariencia o por su fragancia, mientras que las rosas son extraordinarias en ambos aspectos. En pocas palabras, son irresistibles.
A menudo llamada la reina de las flores, esta flor perenne también podría ostentar el título de reina de las fragancias. Es una de las notas preferidas en la elaboración de fragancias y su aroma rico, complejo y fresco se presta para un sinfín de creaciones unisex. Las rosas pueden ser, en su versión tradicional, dulces como la miel y superfemeninas, o pueden convertirse en una declaración audaz, con notas de fuertes especias.
Existen cientos de variedades, que van desde el lila hipnótico de la rosa amnesia, hasta los abundantes pétalos de la rosa común. Sin embargo, las favoritas de la perfumería son la rosa de Damasco y la suntuosa rosa centifolia, que se cultivan en Bulgaria, Turquía, Marruecos, Tunisia y Francia. ¿Se antoja este ensueño floral? Descubra más sobre nuestras mezclas infusionadas con rosas a continuación.
Floralie: La rosa decididamente floral
El nombre Floralie sugiere un aroma de entrada totalmente floral y la fragancia cumple esta expectativa a cabalidad. Respirarla es como sumergirse en el aroma de un ramo recién cortado. Es una experiencia rica, delicada y fresca, a la vez que algo húmeda y terrosa, gracias a la mezcla de la profundidad aterciopelada de la rosa de Bulgaria y el nardo, con un toque sutil de caléndula. Esa suntuosidad se equilibra con notas de salida aciduladas y cálidas de cedro, ámbar y almizcle. El objetivo del Olivier Creed era rendir homenaje a las flores como una forma arte; sin duda, lo ha logrado con Floralie.
Viking: La rosa dominante y temperamental
Viking es la muestra de que las rosas no tienen por qué ser tradicionales o delicadas. Los granos de pimienta, el limón siciliano y la bergamota italiana confieren notas de entrada vivas y picantes, mientras que una combinación de rosas de Bulgaria y menta terminan la fragancia con un toque fresco y suntuoso. Olivier Creed se inspiró en las naves vikingas, así como la valentía, la determinación y la fuerza que simbolizan, para crear esta fragancia. Su vigor, que resalta gracias a las notas de salida masculinas de vetiver, pachuli, sándalo y lavanda, inunda a quien porta la fragancia.
Love in White: Una rosa suave y delicada
Love in White tiene algo que transmite una sensación de paz total. Es suave como el terciopelo, sutil y sofisticado. El aroma de la rosa no es lo primero que se percibe, ya que la nota de entrada es la ralladura de naranja italiana. A medida que la fragancia aflora, otorga una suave y reconfortante mezcla de lirio, narciso francés, la frescura de la magnolia y la rosa de Bulgaria y la ligereza del arroz, con deliciosas notas de salida de vainilla y sándalo.
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A lo largo de la historia, no hay flor que nos haya cautivado tanto como la rosa. Descubra nuestras creaciones más populares infusionadas con rosas en la edición de este mes de Fragancias 101.
